Hungría se proclamó campeona del mundo por tercera vez en su historia, en Barcelona -la misma ciudad que le vio colgarse el oro hace diez años- al ganar por 8-7 a Montenegro, que acusó su mal inicio y fue siempre a remolque del equipo magiar.
Montenegro era incapaz de batir a Nagy. El meta húngaro sumó cinco paradas en el primer cuarto, por
ninguna de Scepanovic, al que le había empezado a ganar la partida psicológica.
Sus muecas, sus gestos, los vaciles, y las provocaciones hacia sus rivales han sido sin duda protagonistas en el Mundial. Ha causado sensación, para algunos su comportamiento es excesivo, para otros solo una forma de poner nerviosos a sus rivales.
En definitiva, Nagy no ha pasado desapercibido y además ha sido considerado el mejor portero del Mundial, el mejor provocador del Mundo
¿Es ética y/o deportiva la actitud de Nagy?