Hungría y Holanda se disputaron el título 13 días después de su choque en el grupo cuando las holandesas destrozaron a las húngaras, ganándoles de 11-3 al descanso para llegar al 14-10 final.
Pero las cosas han cambiado y mucho desde entonces. Los cinco partidos en el grupo, más los tres de vida o muerte: ¼ , ½ y final, jugados en tres días consecutivas, hicieron el torneo femenino más exigente físicamente que el de los hombres, que jugaron tres partidos en el grupo y cuatro cruces con un día de descanso entre ellos.
La final femenina decidió la superioridad física de las boyas húngaras Ildiko Toth y Barbara Bujka. Recordaron los viejos tiempos del waterpolo, cuando los boyas decidían los partidos con sus goles. A las holandesas le faltaba la frescura del primer día, traducido en escasez de ideas en ataque.
Los dos equipos lo intentaron todo con las pocas reservas de fuerzas que les habían quedado y en este escenario la clave fue la potencia en la lucha estática de las magyars. Con 7-7 Ildiko Toth marcó dos goles enormes desde la boya que valieron un título 15 años después para Hungría, dirigida por Biró Attila (49 años).
Premios individuales del torneo feminino:
Máxima goleadora: Rita Keszthelyi (Hungría) – 23 goles
Mejor portera: Edina Gangl (Hungría)
MVP: Yasemin Smit (Holanda).
Rita Keszthelyi
Yasemin Smit